En mi anterior mail te hablé de esa soledad emocional que suele aparecer cuando nos desconectamos de nosotros mismos.
Y hoy te voy a explicar algo relacionado con este concepto, pero desde otra perspectiva.
Atención estas preguntas, porque tienen chicha:
- ¿Qué es lo que más nos frena a veces en nuestro proceso de crecimiento personal?
- ¿Cuál es nuestro mayor miedo al respecto?
Y volvemos al mismo concepto: la soledad.
Me explico.
Cuando alguien empieza a trabajar en sí mismo mediante la CNV, suele asaltarle el temor a que los cambios internos que experimente no cuenten con el acompañamiento de su entorno.
Es decir, inconscientemente nos cuestionamos: “¿y si mientras yo camino hacia el propósito que la CNV me plantea y mi pareja/amigos/hijos no me acompañan?”
Y ahí aparece el miedo que, sin darnos cuenta, puede frenar nuestra evolución.
Porque nos asusta quedarnos solos.
Bien, pues te puedo asegurar que no tienes nada que temer.
Y te lo digo desde la más absoluta certeza porque yo soy la primera que va sola en mi propósito.
Mi entorno más cercano no camina junto a mí este camino.
La Comunicación no violenta es el vehículo en el que yo “me monto” para construir la calidad que quiero en mis relaciones, tanto conmigo misma como con los demás.
Y en este proceso no necesito que los demás me acompañen.
Eso sí: algunas personas se han quedado y otras se han ido.
Pero de una cosa estoy convencida: se han quedado los que se tenían que quedar y los que no, se han separado porque así tenía que ser.
Y esto, lejos de hacerme sentir sola, me ha hecho mucho más feliz.
A día de hoy me siento más auténtica, más coherente conmigo misma. Y tengo mucho más claro qué tipo de relaciones quiero tener y cómo lograrlas.
Así que, si me aceptas el concepto: suelta ese miedo, porque no te sirve para nada.
Confía en que si tú cambias lo que quieres cambiar, todo cambiará rápidamente aunque aparentemente nada cambie.
Pero volvamos a ese primer paso que tuve que dar: reconstruir la relación que yo tenía conmigo.
Solemos tener muy claro cómo queremos que sea, por ejemplo, nuestra relación con nuestra pareja. O sea: “sé cómo quiero que sea mi pareja conmigo”.
Lo que no tenemos tan claro es que para llegar ahí es fundamental que primero construyamos esa relación con nosotros: “cómo quiero ser yo conmigo”.
Y ese es el punto de partida para que todo mejore.
Ya ves. Yo lo conseguí.
Y ahora quiero invitarte a que tú puedas descubrir los 8 aspectos de la CNV que me ayudaron a lograrlo.
Y ahora quiero invitarte a que tú puedas descubrir los 8 aspectos de la CNV que me ayudaron a lograrlo.
El día 13 de marzo a las 19:00 h. ofreceré el webinar “¡Primero tú!” en el que te hablaré de todo esto.
¿Te apetece asistir? ¡Me encantaría que lo hicieses! Puedes apuntarte aquí.
¡Mantén contigo el tipo de relación que quieres con los demás!